Guatapé: un destino con vista espectacular… y estrategia pendiente
- Claudio Ponce
- 14 abr
- 2 Min. de lectura

Hay lugares que, con solo una imagen, te atrapan.Guatapé es uno de ellos. Un pueblo de colores vivos, zócalos artesanales, calles encantadoras y una joya natural que parece sacada de otro planeta: la Piedra del Peñol.
Pero en turismo, la belleza no es suficiente.Lo que enamora al visitante puede ser también lo que desgaste un destino si no se acompaña de una visión clara, sostenible y bien equilibrada.
Guatapé tiene visibilidad. Tiene fama. Tiene flujo constante de turistas. Lo que aún no tiene es una estrategia que lo proteja y lo potencie a largo plazo.
Este artículo no busca señalar errores, sino aportar una mirada profesional a partir de La Estrategia del Pentágono: una metodología diseñada para analizar destinos turísticos desde cinco variables clave. Todos los destinos, incluso los más admirados, presentan desequilibrios que vale la pena revisar con serenidad y visión de futuro.
Apliquemos el modelo.
1. Identidad. Guatapé proyecta una identidad estética fuerte: color, artesanía, alegría visual. Pero más allá de lo visual, su relato identitario es débil. ¿Qué historia se cuenta? ¿Qué valores transmite como comunidad? ¿Qué papel juega la cultura local? Hay una imagen clara, pero falta profundidad narrativa y una marca que guíe el desarrollo turístico con coherencia.
2. Atracciones. La Piedra del Peñol es su atracción estrella. El lago, los paseos en lancha, los murales y las casas coloniales complementan la experiencia. Sin embargo, el destino gira en torno a un solo eje: subir, mirar, bajar, comer, irse. Faltan experiencias interpretativas, rutas temáticas, productos culturales que inviten a quedarse más tiempo y vivir el lugar desde lo simbólico, no solo desde el consumo rápido.
3. Servicios. La oferta gastronómica y comercial creció al ritmo del turismo, pero sin planificación clara. Hay saturación, informalidad, repetición de propuestas. No hay un diseño de servicios orientado a públicos diversos: turismo familiar, internacional, senior, estudiantil, etc. El modelo actual responde al volumen, no al valor.
4. Infraestructura. El acceso a Guatapé está bien conectado desde Medellín, pero la movilidad interna, el orden del tránsito, el aparcamiento y la distribución de flujos peatonales muestran signos de estrés. El destino se ve desbordado en fines de semana y festivos, lo que afecta tanto a la calidad de la experiencia como al bienestar de los residentes.
5. Comunicación. Guatapé tiene fuerza visual en redes, especialmente Instagram. Pero la comunicación es informal, fragmentada y muy centrada en lo fotogénico. No hay una estrategia comunicacional alineada con una visión de destino. Se comunica lo que hay, no lo que se quiere llegar a ser.
Diagnóstico final. Guatapé muestra un desequilibrio claro: una atracción magnética y una estética poderosa, frente a una ausencia de planificación estratégica, tanto en servicios como en infraestructura e identidad profunda.
Hoy es un lugar que recibe turistas. Pero aún no es un destino turístico completo.
Y si no se equilibra su desarrollo, lo que hoy lo hace único podría volverse insostenible.
La Estrategia del Pentágono permite mirar estos casos con serenidad, método y visión. No para criticar, sino para construir.
Porque ningún destino debería depender de una sola imagen, cuando puede construir una identidad sólida, diversa y perdurable.
¿Te gustaría aplicar esta estrategia en tu municipio, comunidad o proyecto turístico?
Podemos trabajarlo juntos.
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